miro a tus ojos y el cielo azula de contento
miro tu figura y la tierra ríe de movimiento
miro mi cielo y movimiento
tu cuerpo tierno se inquieta-tiembla de contento
Caronte no tolera los vivos,
Eneas se interna en los campos Eliseos de Hades,
su deseada Dido se pierde entre las sombras,
el amor es la prisión de los Dioses.
Un corredor de eucaliptos y figuras,
llenan los espacios que dejan las almas extraviadas,
y las fantasías inconclusas.
Un verde, un mármol, el amarillo, el musgo, las surcos,
el granito llenan los marcos indefinidos.
Las ventanas, los claros dejan luz, formas, ángulos;
se pierden y fusionan;
simbolizan los olvidados.
Suspiro con la boca y los ojos abiertos
al escuchar el cantar florido del alba,
y el delirar onírico del crepúsculo.
Los árboles lloran al ser deshojados y arrancados,
los seres llenos de pasado,
se clavan las uñas en la frente,
maldicen el egoísmo inocuo, la sensibilidad truncada y
la vanidad dañina y ansiosa de poder.
Por Walter Trujillo Moreno, Septiembre 2013