que lamento,
son aquellos violentos maridos
que con indiferencia maldita
matan a sus hijas
marchitando sus cariños
que de heyo doy razon de la vida
que tales cosas escondidas
no salen a la luz de si mismos
cuando sueñan los gritos
los golpes fuertes emitidos,
me lleno de rabia
de orror y desconsierto,
que aquella casa de angelitos buenos
tenian aun homicida
benia todos los dias
como un autoritario violento
y mi la madre con una cara de miedo
guardaba la mirada
y aguantaba los estruendos
como golpes a un perro,
ellas asustada y con miedo
y aquellas angelitas de Dios
que miraban como un troll a ese negro,
que con mirada fea
les enseñaba el seño
aki es cuando la historia se complica
aki es cuando llega el tirano
pasado de copas
y oliendo a tabaco
sus ojos paresian
como ojos del diablo
que asustaban
a cuanto criatura de nuestro señor beia
llego a la casa
con aquellos ruidos de costumbre
con sus gritos agresibos
que como bala se corrian
aquellos angelitos dulces
y de pronto se escondieron las niñas
y la madre con miedo palpitaba
entro al resinto ese loco violento
que a jalones y agritos
le estampo una cachetada
ella, con lagrimas y miedo
y forsegeos de media noche
era panico sus ojos
como biera el demonio mismo,
el moloch de sus ojos
y le undio un cuchillo
que a media daga
le corto la espalda
y destroso su bientre
ya estaba muerta
tendida en el piso
el hombre dentro de su alcoholismo
bolbio en si
con su terror demente
lloraba la peste
de su acto criminal
y busco la manera de desaserse
de aquel cuerpo tendido
y no biendo
mas remedio
opto por la idea mas cobarde y macabra
surtio en unos tragos
un beneno tan potente
para aquellos angelitos
que culpa no tenian de nada
y los matos
dios mio no permitas a estos enfermos
que mas de cabesa no tiene cerebro
si no vasura
me lamento yo
de cuantos femenicidios tenga que aber
para darnos razoncon quien estamos