Deja ya amor, que el rescoldo pretenda
Encender de nuevo el antaño fuego;
Tolera que la aspiración descienda
Y se haga tono de furioso allegro.
Que se corone la cúspide ansiada
Sin límites más allá de nuestro ego;
Asidos a la furia que demanda
El ebrio corazón siempre andariego.
¿Acaso no somos tú y yo los dueños
De la piel sensitiva que reclama
Luminosa la sublime oleada?
Cesemos al rumor de la poblada;
Alcoba de nuestra entrega…, el alma
Siendo así la lisura de los sueños.
Theo Corona
Sep., 2013