Poema a Pablo Neruda
Darío Ernesto Muñoz Sosa
Clama tu voz en las estepas,
Altiplanicies y páramos
En la llanura y valle
Prosélito de ti, mi suspiro
Navegaste en mí, hasta amarte en sollozo
¡Oh poeta bello, infinito sempiterno¡
Encallado estas en mí,
Desde que zozobraron mis lágrimas.
Calmando la sed de mis mares bravíos.
Címbalo tú , mi paz, bendición.
Tú eres mi remanso,
contigo mi cántaro rompió en llanto
en mi ánfora tu eres mecido
Tu boca broto en mi pecho
Te hiciste sangre en mi sangre
Amando tu belleza,
¿Que podrá escribir un torpe discípulo?
Bajo tu sombra, tu prosa de esmeraldas
Imploro y tristeza.
Tu palabra, tu sabiduría
Tu callado
¡Oh mi creador, entiende mi dolor ¡
Por el poeta de los poetas extinto
En carne y vida.
Perpetuo en la vieja y dorada hoja
Amarillento y otoño en los anaqueles,
¡Oh tu viaje, al profundo sueño en mí¡
Trascendiendo el Aconcagua
Los Andes hoy te conmemoran.
Cordillera helada y accidentada
Huerfanito niño
De los pechos de tu madre santa y bendita
Enorgulleciendo el aire de tu padre ferroviario
En los viejos andenes
Mi alma te busca, en los olvidados vagones.
principio y fin de este viaje
De poemas y bellas odas.
Iluminado y santo
Pagaste con la enemiga muerte, tu eterna vida celeste
En mi pensamiento,
Hoy que tu aniversario se cumple
Mi corazón golpea en mi caja.
Mi Alarcón de las tristezas
No habrá otro igual, nunca,
Pues te he amado mi nostalgia,
Mi paz, mi sollozo.
Argentina 23 de septiembre 2013