A la memoria de mi padre
Sé que te amaron todas las mujeres,
que de todos los hombres fuiste amigo,
que hallaste en cada hijo fiel testigo
de tu deber cumplido en mil deberes.
Partes, no nos dejas, más bien eres
el padre que se queda y que bendigo,
la mano que florece como el trigo,
la forma en que se aprende a ser un Pérez.
Tus yerros ya pasaron, nuestros seres
se quedan a crecer, siempre contigo
y esperan con amor que nos esperes.
Mil gracias otra vez, padre, y te digo
descansa, que te amamos cual nos quieres,
y en paz, que eterna fe ya es nuestro abrigo.
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25 09 13