Ya solo te dibujaba en mi mente.
Tu fragancia me llegó con el viento
y refresca en mí, puro sentimiento,
otra vez el amor se hizo presente.
Como antes extasías tan fragante,
razón que embebes hasta el pensamiento.
Rosa; te descubrí con miramiento
entonces llueve esperanza lindante.
Tu aroma el amor salvó del olvido,
probablemente el tiempo no he perdido,
pues estabas en el jardín borrado.
Ahora es rosa mi carta amarilla,
como antes en ella mi verso brilla,
mágicamente tornó del pasado.
El señor de los fierros
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A la realidad de mi miedo, superó el encuentro rosa mosqueta, hecha enredadera…