ineden

VESTIDO DE SALITRE

Esta noche quiero pensar en ti.
Tumbado  frente al mar.
Esperándome con la brisa.
Y que el salitre vista tu piel.
 
Déjame ir suavemente rasgando,
con mi boca inquieta, esa cubierta.
Hasta el más oculto recodo.
Para acceder con la punta
de  mi  lengua húmeda,
al dulce sabor de tu piel.
 
Y con mis labios candentes,
juguetear de babor a estribor,
para quedarme varada en tu puerto,
y allí amarrarme al mástil mayor.
Que sucumbirá  ante la gula
de mi ardiente boca,
cual marinero ante
el canto de la sirena.
 
Excitada y lasciva pondré rumbo a ti,
al capitán de mis gemidos
Mojada de deseo,
para a horcajadas dejarte entrar,
en el pozo de mis deseos.
Ese mar profundo cuyas aguas
aguardan tu embiste
de proa a popa
como tormenta embravecida
 
Y entre gemidos y espumas de mar,
como majestuosa tempestad,
llegar a la calma total.
Para al fin quedarnos allí varados.
A la deriva del nirvana.