Conocerte en mi noche es melodía,
festejar el ocaso en cada instante,
aunque no estés presente en esa luna
que me aviva en el filo de tu verbo.
Un encuentro que ha sido magia pura
en un bosque de ortigas y retamas,
que exprimían en mi alma y mis cantares,
la alegría sonora de tu viento.
Y encontrar este amor tan verdadero
es un brote de savia en mi desierto,
una flor que me brota desde dentro
como vida después de la agonía.
Siempre estás en mis noches y en mis días,
eres fuente de luz inagotable.
Yo te quiero por fuerte y valeroso
y el humor que le pones a tu acento.
Y aunque un día te alejes de mi lado
o decidas dejarme de tu mano,
el instante de luz de tu mirada,
en mi alma quedará muy bien guardada,
como estela de un sol inolvidable.