Tengo que obligar a la
realidad a que cumpla
mis sueños, o por lo menos
lo intente, esa falsa frontera
que hay entre el ayer y el
mañana, entre el corazón
y el descalzo caminar,
entre el trabajo y sorprendernos
al alba, tengo que creer que ahí estarás.
A veces el amor se confunde con su
misma palabra, y se vuelve un moralista
temeroso sin razón alguna, entonces no pierde
bellos tiempos en ternuras, no aquieta dulces
aguas grabando sus nombres en ella,
y es olvido de los sueños que no se atreve,
y es recuerdo del olvido que no menciona,
y es la sombra de los dos juntos que
no se llaman a querer.
Cuando el amor no invita a volar,
no puede dar el salto,
y ya nada sucede en cualquier momento,
todo es previsible,
su boca,
el borde de su boca, sus manos,
la primera vez, sus ojos cerrados,
su rostro comprendido por debajo de mis labios,
y la nada, cuando es todo lo que puedo,
y el todo, cuando es simplemente lo que hago.
Toda vez que te siento TE QUIERO,
cada vez que te extraño TE AMO.
Sueños?, que haya dos cuerpos, el tuyo y el mío,
abiertos y ávidos, desnudos completos,
que tus manos viajen libres por mis manos,
que nuestros besos comuniquen,
que húmeda de piel nuestra piel despierte,
y seamos tú y yo la frágil entrega del alma.
Que el amor no se confunda,
que encendidos de fulgura todo tenga color,
y aroma y sabor y vuelo y contraste,
que en un grito despiadado el cielo venga,
que una mirada contenga,
que una rosa nos deje perplejos,
que la distancia no sea excusa,
que podamos amarnos,
si bien lejos.
Que el amor nos invite a volar,
y al volar nos arrastre en magia,
que a la luna podamos degustarla con cucharas,
que sólo se nos permita enamorarnos si es con amor de niños.
¡Tengo que obligar a la realidad a que cumpla
mis sueños!,
y guardo mis claros en óleos,
y mis largos silencios en vestidos,
y mis abreviados fuegos,
y mis deseos de mirarte como nunca y de
hallar más en ti, cada vez.
T de S
MRGC
Namaste