Sé bien de tu hoguera y de tu pena,
intuyo el azar de tu tormenta,
la ráfaga que mina tu fuerza
y en vil serpentina de los vientos,
veo irse, cuan triste, tu nevisca.
Tras polen silencioso de tu huella
vuelo mariposa en muselina,
de lo más callado de ti mismo
puedo oír, filarmónica, su sílaba
y balcón al éter navegante
de ahogados sueños, marioneta,
sé lo que cegado te encadena.
Pez innominado de tus aguas
cual prímula, de ti, inseparable,
aletargo tu miedo... tu tedio...
sólo basta, onírico, tu cuerpo,
para vid de cerezo y ciruelos
ser tu vino, puerto de volcanes,
la ígnea flor que plena de mares
enciende los astros de tu sangre.
MUJER MARIPOSA
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Propiedad intelectual Lucero Moscoso
Bogotá D. C. Colombia