Amor, tengo miedo de que hayas llegado tarde
que ya no seas tan libre para tener mi mano
que la vida otra vez me jugó una mala pasada
y quizás el peso de tu vida pasada no te permita
disfrutar una nueva
tengo miedo de las obligaciones
de las preocupaciones y las penas que los hijos nos traen
de que un día me avises que no podrás venir
porque tu hija te llama
y entonces, otra vez, yo me sienta perdida.
La verdad, tengo miedo, tanto miedo que me parece mejor
Iniciar la despedida antes que los demás consigan separarnos.