Huyo, dejo crecer los maizales.
Huyo, abandono plazas y mercados.
Huyo, ¡Qué pequeños los cercados!
Huyo, no veo ni a hombres ni animales.
Y mientras huyo, recuerdo cuando fui valiente,
y me deshago en elogios y me agiganto.
Ahora todo es miseria y espanto,
porque huyo y no miro al sol desafiante.
Crecerán en mi alma asideros
donde coger a mi cuerpo errante,
Cruzaré desiertos, ciudades y esteros.
En un instante retornará el sentido,
y al mirar las estrellas seré de nuevo
miseria y oro, rata y hombre devenido.
http://perrosdepaja-angel.blogspot.com.es/2013/09/huyo.html