Estabas escondida tras tu linda cara
y me dejé embelesar de la fachada,
pasome lo que al que en desierto ara,
pues, por más que intento, no germina nada.
Dejé ciego que tu mano me llevara
para que hicieras mi vida desdichada,
ahora no sé qué el destino me depara
ni cómo escapar de tu mirada.
Tenía que caersete la máscara
de buena chica enamorada
ésa que al final se descara
y enseña el munstruo del que es habitada,
pero, te han de medir con la misma vara
aver si con dolor se te quita la pendejada.