Otra vez los lirios
se abrirán al viento,
y yo que quiero verlos polinizarse en tus ojos
los corto para correr hacia la marchita entrega.
cuánto perfume de una prenda aliviando la necesidad de tenerte.
bajo el aroma de tu empeño descubro vencida la distancia;
sé que huele a paridad el sueño que preparas,
por encima de mí,
cambias la cerradura de tu más reciente pecho.
no me amas, como yo al resto del mundo.
no te espero, porque aún no llegas
aquí dónde el día y mí tristeza mueren juntos.
me arrastro tras la sensación de haber
oído un corazón distinto;
y lo prendo en la frontera,
como si potente perder el ritmo
que dejaste orbitando en mí vida entera,
le confeccionara súbitos chicos
al espíritu que conmigo juega.
* Valle de Santo Domingo *