Ayúdame, Clío, mitológica dama,
A escribir mis increíbles hazañas.
Yo el invicto.
Yo, que cabalgando en las alas generosas del cielo y de los sueños,
Derroté ejércitos de reyes, sultanes y emperadores
Y me adueñé de sus palacios
Y dejé libres a odaliscas y esclavos.
No quiero traspasar las puertas del inframundo
Sin que la posteridad conozca mi historia
Sin que la posteridad recite mis poemas heroicos.
Tú escribirás mi historia porque no sé cómo hacerlo.
Tú escribirás los poemas heroicos que no pude escribir.
¡Gloriosa Clío!
¿Vendrás algún día a mi humilde covacha
A oír mis relatos para convertirlos en historia
Y en poesía épica?