micaela fernandez

Y así me transformaste

Hace tiempo yo había tomado una decisiòn,

una decisión que cambió mi forma de ser.

Me oculté debajo de un caparazón,

me hice un caparazón indestructible,

alguien que nadie iba a poder traspasar jamàs;

 un caparazòn que me protegìa del dolor y la decepciòn.

Nadie podrìa traspasarlo,

siempre preferìa que me vean como frìa o dura,

ocultè mis verdaderos sentimientos,

esa es la imagen que querìa que todos tengan de mì.

¿ Por què ?, bueno, siemplemente para que no me hagan daño.

¿Alguien se atreve a meterse con alguien asì?.

Yo en mi trabajo sin nada que esperar,

sin nada que cambiar y ahì te apareciste...

hasta ahora no se còmo lograste que te cuente mis problemas,

mis sentimientos y recuerdo...

hasta te contè de una invitaciòn a tomar un cafè que me habìan ofrecido ...,

hasta recibì tus consejos,

Con el paso del tiempo, comencé a encariñarme contigo,

me gustaba tanto tener a alguien con quien poder hablar,

extrañaba tu presencia, pero no siempre podìas estar, te veìa muy poco.

Nos enganchamos a través de esa red famosa,

mientras trabajaba por la noche me hacías compañìa,

Tú eras mi compañìa y Yo era tu compañìa;

hemos charlado tanto, me has sacado tantas verdades,

he sentido tanta vergüenza por las cosas que nos hemos animado a hablar,

cosas que nunca antes habìa hablado con otra persona.

En síntesis: pudiste darle vida a una nueva persona.

y así naciò Mica,

esa mujer que te adora, que se enamoró de Vos sin quererlo y sin pensarlo.

Una Mica que sueña todo el tiempo,

una Mica que espera y cree que si las cosas suceden deben ser por algo

y que si estás en mi camino no creo que sea en vano.

Gracias por tu amistad !! Gracias por traspasar ese caparazón

que me formé para no ser herida. 

Igual las heridas se sintieron mas terribles,

esta vez fueron heridas de amor,

pues me enamoré de quien no debía, confundí la amistad con el amor,

y aún sigo luchando para entender que la amistad solo puede ser amistad.

y aún te sigo suplicando que me ayudes a entender que lo nuestro

nunca podrá ser.