Peregrina

BENDITO ÁRBOL

Te alzas fuerte y vigoroso,

frondoso, majestuoso,

tus brazos extiendes

hacia el vasto cielo

recibiendo la energía

y como en alabanza

al Todopoderoso.

 

Bendito árbol que das vida

pues sin ti no se respira,

quieto, callado vives,

abrigando siempre tu follaje

a minúsculas criaturas.

 

Trepando por tu tronco

las gráciles enredaderas

se abrazan silenciosas,

como fieles amantes

a tu firme y dura corteza,

a la fuerza de tu ser.

 

En lo alto alcanzas

cielos claros, despejados,

acogiendo y protegiendo

nidos de aves que se mecen

oscilando en vaivenes

en leve brisa o viento fuerte.

 

Bajo tu sombra reposan

los pastores, los amantes,

caminantes y viajeros,

y a veces en unión contigo

aquellos que meditan

en el Creador del Universo.