Donaciano Bueno

Ilusión II

Yo tenía una ilusión.
Qué de fuerte no sería
que en si misma no cabía
dentro de mi corazón.

Pasada la excitación,
la ilusión se fue apagando.
Mi corazón palpitando,
ya no siente la pasión.

Ahora sólo la emoción
se superpone al deseo.
Un relajo placentero
da paso a la reflexión.

Tumbado en mi habitación,
rememorando mi alma
me duermo. Llega la calma.
Y aquí acaba la función.