Beatriz Blanca

DE AMORES

Los dos sabìamos,

dar tumbos para ponernos boca abajo;

los dos sabìamos,

que el sol volverìa a mordisquear

nuestras orejas y los labios,

hasta lanzarnos a la luz

fluyendo con las brisas,

de playa y sal,

de tierra y cielo,

como gaviotas al viento.

Los dos sabìamos,

que mi historia se gravarìa en tu espalda,

y mis mejillas trasarian el encuentro.

Hay lugares para lunas

que atraen las burbujas a sus juegos,

cuando todos los olvidos

de todos los espacios,

son derrumbes andrajosos de otras vidas.