Salve tu cumbre alta y blanca
donde el agua tiene su pureza fría.
Alabada la tierra que te circunda
por los dones verdes y el dorado trigo.
Allá donde el cóndor hace su morada
donde cada tarde nace un crepúsculo
hay una tierra dividida en parcelas
animales mansos de ojos grandes.
Loor a tus nieves perpetuas y plateadas
y al inmenso cráter que corona tu cima.