Inerte espina de un corazón
inerte, mareado por el incienso
de la muerte matutina y revelando
pasión sus cabellos colorantes de
rubio fuego.
Tus manos son el cenicero del
incienso, el incienso de mis labios
y con tu rubio camino alumbrante
y sonante lo enciende.
Miro la luna envuelta como una
ceniza, el cofre de incienso amarillo
de su sonrisa y calmante del mal
ambiente. La esfera del perfume
y es barril de mi cerveza evaporar.