Eli
No tuve agua,
no conocí el agua.
Mi vida transcurrió entre zarzas
y ortigas;
mi lecho fue de espinas
y sal.
Pero hoy no importa;
hoy no vale preguntarse
cómo darte algo que jamás tuve.
Transformaré mi arena de desierto,
y por siempre,
hija,
por siempre te daré de beber.