Me has hecho el aura de tus soles
en los sueños que circulan en mis vientos
donde dormita el amor
de tu tibio beso inmaculado
Prodigioso Señor, asi te vivo
de luz santa renovada
que se adueña de mi latido.
Desplegando el cielo Señor
desciendes en mi espacio
dejando huella de fulgor
en mis pensamientos.
Te siento en las ondas del sonido
desde el tañido de las campanas
en el fonema del languaje blanco
ahí te asentaste magnífico
y bendito por siempre en mi tiempo.
Autor: Rosa Maria Reeder
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