Vacía, cansada, exhausta pero llena de promesas, promesas de estrellas, a punto de estallar y contradictoriamente vacía.
Estoy consciente y al tanto de que el dolor no vale la pena, que debería saberlo pero no está en mí poder evitarlo.
No lo vale, esas personas no lo valen y aun así yo tampoco lo valgo.
Ni otros idiomas son capaces de distraerme, ni las personas que usualmente me alegran, ni las cosas que usualmente hacen mi desventajosa vida un poco más brillante.
¿Esas estrellas se apagan o yo me quedo ciega?, ciega de dolor, ciega por las lágrimas.
Debería escuchar los concejos pero ¿Cómo saber? ¿Cómo saber cuáles?, debería escuchar la música, debería escuchar a oasis.