Por un momento,
por un solo momento,
te sentí mía,
solo mía.
No importaba
nada, nada, nada
solos tu y yo,
sin dios, sin pecado,
sin cielo, y sin diablo.
La espalda, al mundo
le dimos,
sin importarnos,
cada minuto,
cada segundo
desperdiciado.
Un instante,
solo eso,
un instante de siglos,
un instante de años,
Un instante
donde el miedo
más cruel
y más profundo,
terminaba ahogado.
Ese momento,
donde mis labios,
encontraron tus labios,
como el pasto
encontrando el rocío.
Un momento efímero,
que sin pensarlo,
que sin saberlo,
mi vida,
has cambiado.