Vayan labios candentes
a recorrer el prado soñador,
desde la gema vientre en cascada
al ombligo triunfante de mi amada.
Pinten los rojos de su frente
al pecho verde con caricia de algodón/
Con sus amarillos labios
vuelen su campo ornado de espiga
y dejen besos de siega cincelados
en su cuello de pintura y vena de estigma.
Entre sus muslos de arco iris
trepen suaves cada columna,
dejen fiel testimonio de su paso
con mi nombre repetido en bises
y sus bordes bronces ampliados/
¡Perfúmense labios de plata en la faena!
Amolden flexibles besos con su dintel
hasta vaciar su pincel
embriagando su aromada escultura/
Sólo regresen fatigados de tan bella tarea
para que mañana vayan con el filo de la agricultura/
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