Una noche más, tú y yo,
así, como Dios nos mandó al mundo,
completamente desnudos.
Al contemplarnos mutuamente,
brillan nuestros ojos
por lujuria y felicidad...
de este placer...de no querer acabar...
sigamos amándonos, así...
sin apuros, sin tener que estar
mirando la hora,
por tener compromisos que cumplir.
La belleza de tus senos,
enardecen mi sentir,
me potencian, me desesperan...
te deseo y te amo locamente.
Al fin una noche más, tú y yo...
con nuestros cuerpos cubiertos de placer...
¡cuánta felicidad, qué goce, amor!...
No nos detengamos, amor...
sigamos gozando...este momento de placer...
¡Oh, cuán pasionaria eres,
cuánto deleite me haces sentir!...
sigamos así...estamos llegando al final...
Derechos reservados del autor (Hugo Emilio Ocanto - 03/10/2013)