En esta noche me encontraba viendo las estrellas,
y dentro de las constelaciones que eran más visibles,
estaba la osa mayor, al ver la, lo primero que pensaba
era en tu lindo rostro angelical, delicado y bien hecho.
Pensaba en tus sensibles manos, realmente en tocarlas,
y poderlas acariciar, solo imaginar me hace sentir
lleno de una inmensa ternura y de plena paz.
Durante estos días que has estado alejada, sin que hubiera
ningún tipo de convivencia me has hecho falta, pero esto
me ha permitido meritar, para afirmar que lo que quiero es a ti.
Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida,
Te he guardado como un regalo en mi corazón,
tú mayor admirador y fiel enamorado de tu alma.