Llévate los abalorios, las cuentas brillantes, los cacharros de hojalata, la vajilla de ikea, los cubiertos que nos regaló el banco…
Llévate los vasos rallados, la copas de vino sin apoyos, los manteles de papel, los vasos de plástico…
El porta fotos del rubio musculoso, incluso puedes llevarte el llavero de plata… ese que pensamos un día en empeñar…
Las cortinas, el armario empotrado, las tuberías de cobre, los quicios de las puertas…
Pero por favor…
No te lleves mis amaneceres..
Tampoco mi prado de margaritas…
No arranques de mi memoria la primera sonrisa…
Tampoco te lleves el amor que le tengo a mi madre…
Ese ni lo toques…
No empaquetes las tardes de mi primer amor…
Tampoco toques mi ilusión marchita, quien sabe si volverá a florecer…
Ahora … Vete por favor… vete ya…