Dejame ser ese susurro
en tu oído que te haga
temblar...
Déjame soñar que somos uno,
que somos eso que nadie
podría imaginar...
Déjame exhalar este primer
suspiro...
Puro y verdadero.
Déjame guiar tu alma,
cautivar tu corazón,
dame en un soneto
la razón...
Déjame cantarte,
escribirte y soñarte...
Puedo volverme tuya
en una oración,
y hacerte el amor
entre cada verso...
Deslisando mi pluma
sobre tu pecho cálido...
Déjame ser tu amiga,
tu amante, tu eterna
vigilante...
Incluso puedes solo
dejarme amarte...