El aroma incesante de tu piel
Que penetra matando mi ser
Cual veneno q recorre fraudo en mis venas
Recordando poco a poco mi triste pena
Sofocando mi débil palpitar
en un pequeño susurro de tu mirar
y así tu voz q vuelve frágil melodía
una incesante tonada de amor
Saboreando la miel distante de tus besos
Congelado en un segundo eterno tú recuerdo
Atrayendo cual lirica, cada palpitar de tu corazón
Porque muchos fueron los aromas entre lirios
El atavío de tu incesante alma en mi mente
que ronda cada noche por mi cama
renombra pasados ocultos que mi corazón
por despecho oculta
Pero así la silueta de tu cuerpo
en un centenar de recuerdos
inmortaliza la que una vez fue mi esculpido cielo
en un atardecer de versos.
Ni los atardeceres de rojo discurso
Y la envolviente alba de ensueño
Devolvera a mi frio desconsuelo
El haber perdido a mi amor primero.
AB