El ventoral suspira Gotas vacias que consumen las raices de tu alma
Tu las pezcas como encargos intermedios de las estrellas
En el naufragio cósmico que alumbra tu noche
En la multitud de las preguntas que sueltan tu silencio
Desde las fronteras de mi alma me empino en el horizonte del abismo
En la sangrienta celda que entibia el necio secreto
Soy preso de la libertad lejana de tu silencio
Vivo presa de las encrucijadas que desdeñan tu espiritu
Soy una mano vacía, soy un corazón desnudo
Soy un oído que habla en el hueco de tu silencio
Soy unas juncas y cañas, Las cenizas del tiempo
Soy el enjambre maldito,La muralla en el barranco
Con tu arco de sangre sello las venas de mi alma
caigo rehén de la noche en el puñal de tu flecha
Tuyo es mi verbo teñido en un pacto de sangre
Mientras cosecho los vientos en el jardín de tus ojos
Corren los corceles, corren las yeguas
Y tu como hoja nutrida te alejas entre las estaciones
Como la torre viuda que perdio su horizonte
te vas acercando a lo lejos, Como un caballo bermejo
Mi oido es el noble jinete que honra tus puertas
Mi vista una ciudad asentada en los pies de tus sombras
Mi boca es el tunel siniestro a tu ploma morada
mi manos son un escudo que se entrega a una pasion escarlata
Y voy forjando entre los montes el camino atenuado
y se atiña el corazón en cada piedra
La blanca neblina y la lluvia me han cercado
Y me han erguido de poder sobre la hierba
ahora lejano mora la distancia y el pretexto
Como aire, corroe la gota de las pasiones y secretos
Mientras aùn inhalo la miel de tu réplica
mis pilares sucumben ante la frescura de tu boca