Soy la sombra de ti, porque camino
a tu lado, somos como pan y vino
en manos de algún necesitado
y necesitado estoy de tu pecado.
y te siento tan frágil y delicada
que trato de abrazarte con la mirada
para no causar a tu gozo algún daño
y cubrir tus ojos con mi viejo paño.
te susurro grácil y a media voz te invento;
entre historias, risas, poemas, e intento
respirar el perfume de tus labios
y sin hablar refunfuñes tus agravios.
y me siento a tu lado, siempre contigo,
escuchando tu pena, como tu amigo
y tomas fuerte mi mano ¡tal vez tienes frío¡
busco tu rostro y en el corre un río.
impacientes e inmóviles mis brazos,
buscan eternizar tus cansados pasos;
mientras tu cabeza se acuna en mi pecho
y tu piel, se acostumbra la calor de mi lecho.
y trato de dibujarte en la espesura
de la noche, con tu gracia y hermosura,
sin que nadie te descubra, ni se entere;
que entre los dos… solo Dios interfiere.