No se por qué razón cuando era niña me obsesionaba tanto la idea de ser reina, nunca lo logré. Pero tú si que acompañaste al equipo Chilindrangas-¿te acuerdas?- eras su reina. En las vacaciones de fin de año disfrutaste de cada uno de sus juegos futboleros y por allí veo la banda con brillos que ostentaste durante cada una de las contiendas que se jugaron.
Tiempo después, como ibas creciendo bonita, en el barrio donde vivíamos te nombraron también su reina y engalanaste la carroza real cuando se conmemoraba la fiesta de Independencia Patria. Fuiste el centro de la Flor Nacional, rodeada por los volcanes imaginarios y la vegetación que representaba nuestra belleza natural, diseño de mamá junto a otras entusiastas señoras.
Entre aplausos de cariño te veía como flor de primavera, mi pequeña hermana que iba dejando ya la escuela. Soñabas con pulseras, anillos y cuentitas de colores, coqueterías que me decían… se asoma la damita en tu cara. Y yo continuaba pensando en cómo habrías venido…quizá en algún capullo cultivado en el jardín de los murmullos.
Continuará...