Lumbre
De la vida saltamos a la muerte,
pero nunca tocamos las orillas,
ni vivimos con todos los cabellos,
ni morimos con todas nuestras iras.
Basta ya de rodar sin ser peldaños,
queremos recobrar la luz perdida,
la cuchara abandonada en el naufragio,
todo lo que no hemos visto de la vida.
Este es mi sitio de espesura y de garganta,
donde todo depende de mi mano incesante,
tanto el traje del día, transparente y terrible,
como el timbre de la voz de los zapallos muertos.
Entremos en la luz, que la alegría cante,
que el sobre del dolor se quede en la basura
y arreglen sus cuestiones los profetas
sin ponernos en contra a unos de otros de sus hijos.
Tenemos demasiadas paradojas,
soñamos demasiadas maravillas,
como para que el sol nos prive de su abrazo,
como para que el mar nos deje sin guitarras,
hermanos somos todos, simplemente
es esa la cuestión, no quién dirige,
el pan debe alcanzar para todas las bocas,
las camisas cubrir a todos los mendigos,
el resto perdonar lo insuficiente de las manos
para tejer y alzar tantas coronas en la gente.
Vivir no es nada fácil, pero es bello,
más si todo lo das por quienes te aman,
ya aquellos lo supieron y te entienden,
tan sólo faltas tú en esta batalla.
Seamos de una vez, pues, ya felices,
lo poco que encontramos se haga lumbre,
así descansaremos, cuando ocurra,
con la plena verdad de no haber vivido en vano.
http://fuerteyfeliz.bligoo.cl/
04 10 13