Me atormenta tu despedida, el icor el cual me hacía inmortal ya perdió todo su efecto.
Tus suaves manos de ángel ya no están acariciando mi rostro,
tu mirada se esfumó con el viento, tu amor ya no estaba en mis aposentos.
Recuerdos lúgubres se apoderan de mi alma, caigo lentamente en la melancolía.
la música el arte y la belleza ya no tienen sentido si tú no estás,
solo hay risas punzantes y sollozas.
Recuerdo tu radiante cabello al reflejo del alba, todas tus risas y llantos, solo eso y nada más.
Me Recuesto en las aguas del oscuro leteo, osado de beber el nepente el cual curará todas mis heridas y me hará olvidar.
lo tomaré, pero nunca más volveré, nunca más.