Hay pasos que se dan sin ser andante
y senderos que se olvidan sin saber porqué
yo no pruebo dos veces la misma taza de té
ni poso dos veces mis labios en una boca errante.
lo se mujer,¡ te quise como a nada en el mundo!
y por eso este amor hecho sus raíces,
como árbol en la tierra ¡en lo más profundo!
y tiño mi cielo azul con colores grises.
tal vez fuiste la fruta que apresuro mi paso,
por lo jugosa y fresca y por calmar la sed.
Y por lo alto del fruto le llego pronto el ocaso
así otro amor llego más pronto a usted.
quizá fue por haberme detenido un poco,
a probar otros frutos que no eran para mí,
pero en la oscuridad ¿quién no enciende un foco?
dígame usted, si las cosas no son así.
por eso es difícil la profesión de errante,
puede andar caminos que no son para él.
Y contar estrellas que no son del cielo aquel;
sin embargo no existe pecado significante.