Y no es que tu silencio haga naufragar mi vida
Ni que mi amor se sentencie a nunca amar así,
Pero si sé que eres el fin de la búsqueda incesante
Amante de los tiempos por quien jamás he sufrir.
Y en un inventario intenso que a mi corazón apura
Veo en lontananza que por quien esperaba eras por tú,
Me colmo de esperanza, de pasión y dulce encanto
Al saber que mi vida al fin ha de ser grata y feliz.
Y aquel silencio monumental que me atormentaba
Se ha hecho musical, sinfonía de gigantesco placer,
Y así como dos imberbes se aman locamente
Nosotros nos amamos por siempre en mi bajel.
Theo Corona
5, octubre 2013
Versos libres