Por ti, por ti mi amor.
Por ti brillan las estrellas.
Niños que te admiran, y en su poca experiencia te ofrecen con gran esfuerzo un débil y temblorosa luz, para que una sola y vaga vez voltees a sus gritos y las admires. Que digo de ti. Simpatiquísimo cometa, travieso, joven. Despistadamente corre por las laderas de la tierra, buscando tu mirada, ansioso por verte. Peregrina por años solo para poder estar contigo. Peregrina por ti.
Soy cometa.
Grandiosa estrella, tan vieja como el tiempo, sabía de tu llegada, y aquí estas.
Pobrecito, me llora y me dice que lo odias, y que cuando llega con su ramo de rayos de sol tocando tu puerta, abres, lo miras, haces cara de desprecio y de un portazo, lo ignoras. Desilusionado se va después de tanto intento, se rinde, lograste que el son se rindiera. Su emoción era grande, opacada por tu soberbia, y tu ego, tanto esperar ¿para esto?
¿Soy sol?
Aparte de eso he tenido alguna platicas muy personales con la Luna, ella te adora, habla de ti como si fueras la octava maravilla, “Es hermosa, ¿la viste tal día?” Te adora, creo es la más afortunada, ya que ella cada mes compra el mejor vestido del mercado, el mejor que puede pagar, y dice “A veces ella me mira”. Pero cuando no lo hace me duele. ¡Pero si siempre te ves hermosa! Le dije. Gracias, dijo sonrojada. Ella te adora, se preocupa por ti, de regala los mejores sueños, y llora por el descuido de las pesadillas, y de parte de ella te pide perdón. ¡No la rechaces por favor! ¡Ella solo esta ilusionada! Y hace el mayor esfuerzo, tan hermosa la Luna, pero tan triste la realidad. ¿Porque? ¿Sera tu corazón roto? ¿O será que eres una rompecorazones?, no lo sé, y quiero quedarme con la duda, prefiero vivir saltando entre la nubes, porque ¡como duele! Arde en el corazón, abres la herida, y de manera muy sádica la salas de manera descarada, te gusta lastimar, o simplemente no te han lastimado, y a mí, a la luna, al sol, a las tiernas estrellas, no encanta la mala vida. No encantas tú.
¿Pero porque rebajarse? Obviamente, por lo más bello, por lo sublime, por tu elegancia al caminar y tu atiplada actitud, la forma en que miras, como nos hablas. Por ti, por ti mi amor.