Aquella ramita en flor
que se introduce en mi estancia
sin permiso,
que al clarear la mañana
asoma por la ventana
sin llamar,
ignorando el previo aviso.
Paloma del palomar,
perfume suave indeciso,
tu arrogancia,
tu porte lindo y felino,
de tu aroma la prestancia
y la fragancia,
pido un abrazo divino.
Eres furtivo olorcito,
vergel que adorna mi alcoba,
rondador
¡cómo disfruta tu olor
este obseso soñador!
que con tu hálito se emboba
y va mendigando amor.
El mismo que en primavera
a la orillita del rio
te espera
a ti, linda enamorada,
esa princesa soñada,
disfrutando del rocío,
retozando en la pradera.
Quisiera, soñar quisiera
de tus labios de ambrosía
vida mía,
que la flor de esa ramita,
esa cara tan bonita,
a mi altar mayor subiera
y despertar de esta cuita.