Cuando en los amaneceres se esfuman los sueños
La despiadada realidad se burla de nosotros
Enfermo de ilusiones, quiero olvidar, aturdirme,
Deseo escribir, Mas mi pobre cerebro burlón ríe.
Busco la idea, el germen inspirador de la poesía
Pero todo es vano, lo ya leído acude a la memoria
Música ya escuchada, por siempre grabada en los oídos
Un mundo de palabras, sonetos, rimas, no pertenecidos.
Solo, quisiera expresar, decir lo que mi alma siente
Escribir sobre una hoja en blanco, recuerdos sin olvido
Hablar del hombre que ayer fui, de pasiones y amores de cariños,
de adioses, de pecados cometidos y rencores.
No poseo la genialidad de los poetas, su excelsa virtud,
Mi pobre cerebro, enfermo de ilusión, en vano lucha
Ansiando la misericordia de un instante de inspiración
De sentir lo aun no sentido, de gozar lo aun no gozado.
Es sin dueño la palabra, el derecho de usarla es muy mío
Como si por propio derecho adquirido me pertenecieran
Como si un conclave de poetas me dijera; úsalas son tuyas.
Como si la infinita bondad de Dios la hubiera concedido.
E de escribir sin pena, lo que lejanos vates me enseñaron
sin copiar tal cual sus palabras, pero si la idea, su sentido
mostrar que su mensaje escrito, Este humilde ente a comprendido
ellos llegaron antes, que culpa tengo, de tarde haber nacido.
Nicolás Ferreira Lamaita.