No quise llegar a que supieras
aquel sentimiento no estaba inerte,
era invisible, pero era fuerte
y con un corazón que nunca quisieras.
Y negándome tu lo supieras
con mi silente seguí adelante,
con sufrimiento maltratante,
como aquel grito del condenado
en la prisión y destinado
con fecha a morir... en un instante.
Mi voz... y la del alma calladas
acumulaban sentimientos - inquietante,
saber que estaban desesperadas,
de un hilo de espinas bordadas,
con un centro cruz de puntas acero
afilado como navaja y certero
como hogueras encendidas maximizadas.
Y yo... con el universo a espaldas entero
no soprtaba más lo que ocultaba
y tuve que desahogar que aún te amaba
y que en este preciso instante aún te quiero.
Fue, quizás algo que me sentenciaría
ya del todo a morir o a amarte
pues, tu sí, ibas a tener parte
y protagonismo en lo que yo haría,
a pesar que sé que sufriría
te dije mi verdad y tu... volviste con tu arte:
estó se terminó, no tiene vuelta atrás,
no he pensado en volver y tienes que olvidarme,
deja esa idea de que aún has de amarme,
busca otro amor y a mi déjame en paz.
Fue doloroso recibir más,
y sentir puñal tras puñal el castigo,
pero, está bien, no vas a estar conmigo,
sin embargo pude desahogarme
y al comprobar que nunca habrás de amarme
también doy gracias... de no volver contigo...
Alviz Neleb
Octubre 06 de 2013
09:31 horas
Domingo