El silencio vacío de mi alma
Soy un caminante silencioso
que va errando
entre calles sin nombres,
entre almas sin rostros,
entre árboles sin prisa,
que también
se van cubriendo de miserias
con el correr de los años.
Mis solitarios pies deambulan
sin rumbo fijo,
entre la prisa de los carros,
la indiferencia de la gente,
bajo un inclemente sol que quema
y el silencio vacío de mi alma.
Mi cansada voz se quedó ausente,
mis ojos ciegos,
mis labios secos,
mi piel marchita,
y en medio de mi soledad
un libro me acompaña
y el ocaso que vino de visita.