Hoy más que nunca me he despertado pensando en ti, más ahora que todos mis días cuando sé que al fin eres para mi, como he podido pasar tanto tiempo sin ti.
Sin deleitarme de tu placer abundante que me enloquece al no poder sentir el néctar de tu fragancia, los latidos del corazón se aceleran deseándote y creciendo más cada día.
Tú despiertas ansias y deseos que masturban el sueño gris y ya despierto, elevas a la majestuosidad los más impuros deseos del pensamiento, que tu cuerpo pueda brindar al borde de tu cama.
Al descubrir cada fisura de tu alma atropellas todo espacio, atormentas las ideas y robas cada beso de los labios húmedos guardado en el baúl.
Ese reflejo que provoca una especia de hipnosis, es de donde no se pueda regresar sin antes contemplar la exuberante belleza de tu desnudes que hace sudar de frio al contemplar semejante espectáculo, sin más ímpetu y sobre el colapso desmesurado del punto central que atraviesa tus temores.
Hoy no hay más nada que entregar solo velar tu fría noche y esperar la llegada de la aurora.
Luigy