CAPITULO 24: EL INICIO A TU NUEVA VIDA
Generalmente, la mayor parte de nuestra vida funciona en \"piloto automático\". Hacemos cosas sin saber que las hacemos. Conducir un automóvil, lavarse los dientes, masticar la comida, respirar... Conocemos los procedimientos y mecanismos porque los aprendimos prestándoles atención, pero, luego, se realizan automáticamente porque el \"piloto automático\" toma el control.
A partir de ese momento, dejamos de sentir los \"impulsos de la vida\". A partir de ese momento dejamos de sorprendernos por nuestra habilidad en manejar un vehículo, por las sensaciones provocadas por un cepillo de dientes, por la profundidad de los sabores de nuestros alimentos, por el milagro de respirar.
Y nuestras atenciones se desvían hacia otros destinos.
Así aprendemos ampliando conocimientos, pero... ¿logramos Sabiduría? La inteligencia reside en aprender sin perder de vista el milagro del aprendizaje y el por qué y para qué fue necesario incorporar ese conocimiento, cómo lo aplicaremos y la utilidad que recibiremos de él, pero sin perder de vista las sensaciones que nos produce. Entonces, ¡sí seremos sabios!
CUANDO DÍ LUZ...
Podrán atacarme mil temibles guerreros...
y podrán, quizás, destruir mi vida o mi hogar;
y el corrupto gobierno volverme a robar...
pero nadie podrá convencerme que quiero
lo que he venido a aprender, y que es: ACEPTAR.
Entonces, en el juego infantil de la Vida,
las alegrías y penas bailan su danza
entre nuestros sueños y las realidades;
medidos ellos en la precisa balanza
con nuestros aprecios y en su justa medida,
donde aprendo a medir todo lo que me enseñan
aquellas mentiras, junto a crueles verdades;
y a los que se preocupan -¡seres notables!-
en cómo va la vida... ¡lo cara que está!;
por el gran peligro que, artero, nos acecha
y por las catástrofes... ¡que vienen y van!,
les digo: \"No se preocupen, es probable
que, quizás, esos hechos nunca ocurrirán,
pues, si ocurren, seguro, por algo será...\"
teniendo una mente abierta, ella crecerá,
con lo lindo, lo feo, lo malo o lo bueno,
aprendiendo de hechos propios (o de un ajeno),
que a pesar de todo, para todos nosotros,
la Vida, debe ser genial, alegre y bella.
Y por eso, yo intento dar luz, cada tanto,
a quien tiene tristeza, penuria o quebranto,
de forma que alguno copie, de esta manera,
en ayudar con fuerza, a todos, a quien fuera,
que necesite de luz, de sabiduría
para entregar más paz, concordia y alegría,
y, así, llenar nuestras alforjas de energía,
en esos viajes que esperan por ti, en verdad,
cambiando vidas ¡por toda la eternidad!
Eduardo Faucheux
29-10-2013
poeta Cotita dijo: 19 de septiembre de 2013 a las 00:48 Cuando se es así de joven, la Vida es demasiado compleja. La capacidad física del ser humano en esos tiernos años permite tener una energía desbordante. Existe el deseo de explorar, de comerse el mundo de un bocado y tristemente nos damos cuenta de que tenemos más cadenas de las que somos capaces de tolerar. Todavía los padres pueden ponernos freno, todavía tenemos maestros a los cuales rendir y mostrar resultados. Y esos \"frenos\" son insoportables. Somos víctimas de la ignorancia porque hay todavía muchas cosas que desconocemos, y aún más, que somos incapaces de comprender. Los errores que vemos en los demás nos lastiman fácilmente, porque se supone que son los ejemplos que debemos seguir. El mundo y sus miserias nos cala profundamente. Y entonces la reacción a todo eso se refleja en rechazo y rebeldía. Cuántos jóvenes no viven sumidos en esos infiernos!!, es la época de enloquecer un poco, de desviarse, de sumirse en vicios y malas influencias, el mal se magnifica y la manera de derrotar el mal es más bien uniéndose a sus filas, porque ahí es donde se encuentra más resistencia a la vulnerabilidad. Salir de esa época ilesos, es una gran victoria. Encontrar camino entre tantos caminos distintos, es una victoria. Vivir lo suficiente para recordar esa experiencia y transmitir el aprendizaje, es una victoria... y es parte de ese recorrido que se llama Vida, y que todos tenemos que transitar....Cuántos jóvenes en el mundo viven sumidos en esos infiernos!!, y los grandes nos volvemos irascibles, intolerantes, incapaces de recordar que alguna vez estuvimos también atravesando una turbulencia similar. Me gusta sobretodo la sensación de aprendizaje y la certeza de superación que dejan los años y los caminos recorridos, la evolución a un plano donde la óptica es diferente, donde todo se vuelve a fin de cuentas, manejable y sustentable.
Lee todo en: Poema CONDENA AL AMOR, de Eduardo Faucheux, en Poemas del Alma http://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-261197#ixzz2j4gWa1DR