La noche es tan delicada,
Tan delicada como tu voz.
Mírame... Mírame ahora
Porqué el mañana no existe,
Pero viéndome así
Parece que la vida se detiene,
Con sólo poner tú mirad
Sobre mi rostro,
Los instantes parecen ser eternos
Como las gotas de lluvia
De esta noche magnífica,
En la terraza de nuestro iris.
Mírame… Mírame ahora
Que tal vez me vaya sin regresar,
Porqué no me pertenece esta dicha
De contemplar tu mirad.