santiago calderon

Tu mirada..

Ahora qué fácil, qué dulce,

Encontrarme con tu mirada.

Manantial de gracia envolviendo mis ojos

Lavándolos de delirio a milagro,

De llanto a risa,

De desaire afilado a tiernas caricias.

 

En las horas de muerte

Cuando tu mirada me esquiva;

Quiero suicidar al tiempo

Y adivinar el sortilegio

Que encanta y martiriza.

Pues te mueves de un sitio a otro

Ignorándome

Volviéndote tan lejana, tan distinta.

 

Luego vuelves a mirarme

Y, también, te miro nuevamente,

Tan clara, tan limpia.

Me sonríes reconociendo que te amo

Y te envuelves en un silencio,

Taciturna, afligida.