Cuidate de mí.
Cuidate de mi sed de amalgama.
Cuidate de mi manera de fagocitar.
Cuidame de tu modo de encerrarte.
Cuidame de tu forma de aislarte.
Cuidame de tus licencias.
Tranquilizame con tu mirada dulce y sostenida.
Quereme con simplicidad, pero quereme mucho.
Quereme hasta que despierte.
Esperame hasta reflejarte en mis pupilas sinceras...
Pero no dejes de cuidarme,
ni de tranquilizarme,
ni de quererme,
ni de esperarme.