El niño ama a sus padres
esos que todo le han dado,
y ama también sin desaire
si ellos lo han abandonado.
El niño ama a la luna
y ama también al sol,
a una le cuenta travesuras
y con el otro es juguetón.
El niño ama al árbol florecido
y ama también a la hoja seca
con ambas se muestra sonreído
ninguna de las dos le dan tristeza.
El niño ama a la alborada
y ama también el atardecer,
las ama sin pensar en nada
porque es infinito su querer.
El niño ama a sus juguetes
y ama los que no tiene también,
unos los disfruta alegremente
y los otros los sueña tener.
El niño ama cuando está sano
y cuando está enfermo también
es el amor personificado,
que pocos pueden comprender.
Autor: Alejandro J. Díaz Valero
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Maracaibo Venezuela