La intranquilidad y su apetito voraz,
la congoja que momifica sentimientos,
y las confortables suplicas que parecieran no dar cosecha;
Desparpajos de sonrisas,
repicas de felicidad,
atractiva justicia que solo se pasea turisticamente.
Demagogos días entre un hueco de delirio,
las paredes de los sueños se desploman
y la cordura es desgarrada hasta uno ser un impaciente reloj de tiempo inerte.
*-* Miguel Espíndola *-*